10 octubre, 2015

Violeta y el amor. b1.

b1.
se duchó largo y caliente. la espalda le estaba reclamando. estaba cansada. se propuso hacer sólo cosas divertidas, de cuidarse, arreglarse, no hacer trabajo.
se sacó los pelos de la cara y se miró al espejo. había sentido, y sigue sintiendo en su cuerpo, la mirada de hombres. se miraba al espejo y no encontraba conexión entre lo que había sentido cuando estuvo con ellos y esta cara llena de manchas, de piel suelta y venosa. los ojos diluidos, marcados por historias. ¿qué veían en ella? no puede ser que hayan estado viendo eso. "no estaban viendo mi cara, ni mi piel ni mis ojos, ni mi edad como algo que me hace menos in any way". 

estaban admirando su ser, que también podría decir, personalidad, mente. mente no como el mecanismo automático sino lo que ella había hecho de su mente. no sé si me explico. 

y eso no lo diría un narrador omnisciente todopoderoso. yo soy una narradora omnisciente que tiene la autoestima un poco baja. en realidad es más bien insegura, que no es lo mismo. i can see my resources. i know i have a lot. es sólo que no encuentro el lugar en el que me sienta cómoda, y estoy empezando a creer que no existe tal lugar. se requiere mucha valentía para salir con algo nuevo. no es que sea difícil pensarlo. llevarlo a cabo es la cuestión. llevarlo a cabo bien. que sea un aporte. eso yo lo siento como deber. es el uno, como dice mi mamá. ¿qué? ¿pensaban que un narrador omnisiciente no tiene madre?

de todos modos lo estaba sientiendo cuando estaba sola. con el fuego. esa Irina, estaba confundiendo las cosas. no es un fuego espiritual en el sentido de una fuerza misteriosa tipo padre, aterrador, creador o fundador. es amor. eso era lo que sentía ella, viniendo de ellos. no Irina. Violeta. 
Ahora frente al espejo trataba de ver lo que ellos vieron, lo que ella vió que ellos estaba viendo, y le costaba verlo. luego se dió cuenta que eso no tenía sentido, que ella nunca se vería como ellos la ven, y decidió que tenía que aceptar que ella era bella para algunos pero que era bella no por eso que ella veía cuando se miraba al espejo, a veces, con suerte, sino por algo invisible a sus ojos. lo que llamarían, su interior. Violeta sintió que por fin comprendía que ella había recibido esas miradas como retribución o respuesta a su ser. o manera de ser.
Y sin embargo no se quedaba con esa explicación. para saber qué era lo que ocurría verdaderamente, tenía que incluir la sensación de atracción, la respuesta interior de reciprocidad, el movimiento interno de atesorar esos encuentros, y convertirlos en un objeto de placer. para la memoria. {esta es la narradora, tiene la misma edad que la violeta de ahora, la que vive con su pareja cerca del puente de piedra.}{¿quién es la narradora?}
Mi maestra me dijo que esto pasaría. No puedo andar confundiendo narradores, es demasiado confuso.

Tengo que volver a empezar.