02 abril, 2016

mal aliento

Algunas veces, de cuando en cuando, me siento más extranjera de lo normal. Como si tuviera un mal aliento crónico. 
Si algo me apasiona y hay que trabajar en equipo me pongo gringa o chilena, ya no sé. Soy directa, enfática, y cuando no estoy de acuerdo con alguien, ofendo. 
En México no importa tanto qué se dice, importa mucho más cómo se dicen las cosas. Si se dice bien te responden mejor. Eso es, para cuando te escuchan y están de acuerdo. Aprovecharán lo que dices para hacerlo propio mostrando que ellos también son capaces de decir algo como lo que tú ya dijiste, pero mejor. 
Y cuando no están de acuerdo con lo que dices te dan el avión (ignorar). Es la manera de decirte que lo que dices no les importa un pepino. Y lo mismo se espera de ti. Es decir que si tienes una crítica, podrías decirla como se habla aquí, agachando el moño y pidiendo perdón, o, mejor aún, puedes quedarte callada. 
En realidad, si no estás de acuerdo con alguien se supone que tienes que darle el avión, jamás ponerte a argumentar. Si argumentas le estás sumando a tu mal aliento, un grano amarillento a la punta de tu nariz.

15 marzo, 2016

Verdana

Los sueños son las mismas pesadillas de siempre pero mi mente las siente de una manera diferente. yo las experimento y ya no hay pánico, ni miedo en el sueño. las historias se suceden como siempre, relaciones intensas, pero el efecto no es el mismo. hay una distancia, por fin.

25 febrero, 2016

6 semanas de venlafaxina y un viaje a Chile

El humor negro como en el post anterior no es parte de mi vida estos días . No aparece y no se manifiesta hacia mi persona por lo menos. Ni hacia mi vida hacia atrás ni hacia el futuro. La manera de pensar como haciendo chiste de mi vida o de mi condición mental alterada no me interesa. y no es que me haya vuelto una galla seria, todo lo contrario, pero el mejor trato hacia mi misma es evidente. Es un gran cambio. 
La ansiedad está controlada y la manera más clara de comprobar esta nueva condición es mi relación con la comida. Yo no soy de las personas que sienta el hambre muy claramente. Sólo cuando dejo de comer por más de 6 horas puede que me duela el estómago. Quien sabe cuánto de lo que he comido en toda mi vida, no lo necesitaba mi cuerpo. Sí mi cabeza. Ahora no siento esa necesidad de compensar carencias con la comida. Creo que perdí un kilo y medio y eso es mucho a estas alturas.
Los viajes a Chile a ver a mi familia siempre eran causa de cierta ansiedad. La convivencia con mi mami siempre tenía momentos de encuentros tensos, choque de opiniones, perdía la paciencia fácilmente. Esta vez no ocurrió nada de eso, o si ocurrió fue tan leve que no llegué a experimentar deseos de estar en otra parte. estuve completamente presente, tranquila y pacífica todo el tiempo. el camping en la playa y luego la estadía en la casa frente al mar del primo de mi cuñada fueron absolutamente deliciosos. compartir con mi sobrino de 14 y mi mami de 80 fue muy divertido. Si hubiera estado en el estado de ansiedad que traía, no lo hubiera digerido tan bien y hubiera buscado salidas, recreos, tiempo para mí, que dada la poca frecuencia con que nos vemos no es más que una falta de consideración. 
Tratando de ubicar una sensación de vacío en el estómago que siempre estaba asociada a las visitas a Chile, que no sentí esta vez, por primera vez, creo que se debían a malos recuerdos, a paisajes mentales que no eran felices y al parecer ahora quedaron encapsulados en la memoria, sin el poder del efecto físico de náusea. Era una sensación muy desagradable que me hacían sentir inadecuada, insegura, muy intranquila.
Es impresionante el poder de la venlafaxina, es de una precisión sobre el humor que me asombra. si no supiera un poquito de neurociencia pensaría que es una brujería. 
El efecto, a pesar de que no he modificado la dosis, se está pasando. es como si mi cuerpo la estuviera asimilando. se nota porque lo bochornos están volviendo cuando al segundo día de empezar con la droga habían desaparecido completamente. recuerdo el momento exacto en que sentí el primer momento de intranquilidad o pérdida de paciencia, hace como 10 días. me llamó mucho la atención mi reacción hacia algo que hizo mi sobrino, nada fuera de lo que había estado haciendo por todo ese tiempo juntos. pero me molestó y sentí la necesidad de decir algo. que parara. y cuando lo dije, me di cuenta que se había pasado el efecto de estar como en una zona de almohadones. no me dio ansiedad, como cuando se acaba el efecto de la marihuana, la mediocre felicidad pacheca. no. fue una cosa totalmente tolerable. visible como una sugerencia. un camino de regreso a mi ser sobrio pero aminorado, puesto en perspectiva de una otra yo que no se espanta tan fácilmente con los demonios.

15 enero, 2016

Años después

1er día con el antidepresivo. Las vacaciones del taller de baile, la premenopausia, la genética heredada y la vida desarraigada me tienen en el descalabro total. Eso y el bajón de tener que dejar la marihuana para siempre. Justo cuando se estaban poniendo las tienditas a vender de todo tipo de motas. Qué mala pata. Que escriba un diario, dicen por ahí. Pues el baúl de diarios que tengo es un total bajón y es prueba de que esto no es nada nuevo. Así que creo que voy a tratar de convertirlo en comedia. 
Pero no tengo idea por donde empezar. El humor negro es el único que se me ocurre. Pintar las cosas aún más terribles de lo que son, imaginar qué tan más bajoneante podría ser la situación. Pero no ayudaría para promover el pensamiento positivo que supuestamente debiera cultivar. Me hundiría más porque estoy segura que me voy a creer todo lo que piense que podría ser peor. 
Contemplando la posibilidad de que viendo algo horroroso le agarre cariño a las cosas como son, y como testimonio del estado mental perverso en el que me encuentro, aquí va la sarta de sandeces que según yo son humor negro: quedarme sin pareja, engordar 15 kilos y que mi cuerpo esté totalmente deforme, tener diabetes y tener que ir a hospitales cada semana, perder la vista al punto de no poder pintar, tener que irme a vivir con mi mamá o mi ex marido para que me traten como niña chica, que seré, sí, emocionalmente dependiente sin voluntad para crear, un ente amorfo enfermo física y emocionalmente.
jajaja. 
creo que funcionó.