02 diciembre, 2018

manualidades

el paseo por el centro
comprando cositas para decorar los puppets que le voy a enviar a la Luna María

escribiendo desde el taller. hacerlo propio ha llevado tiempo. hacer lo propio. construir espacio, una casuchita.
una mediagua. que tiene todo lo que necesito para pintar. una vista al horizonte. ya está el techo ahora vienen las paredes y separar el suelo para que no entre agua. sacando las cuentas, con lo vendido menos todo este costo de inversión en un espacio propio para pintar. aún sobra para hacer algo con el suelo. 

de la pintura digo que ya hay una base de procesos más o menos controlables, repetir algunos pasos trae buenafortuna. así decía el I Ching. algo, como recoger las flores o plantar no se qué... trae fortuna.

dejar descansar lo que no se logró en los primeros momentos del cuadro.
escribir acá arriba en el taller está de poca madre como diría un mexicano. yo diría está la raja.
acomodada en la silla de playa que me compré en la colonia Roma cuando nos mudamos a la calle de Chihuahua. había una azotea bien grande. daba justo al frente del pasaje, galería, que daba a Alvaró Obregón. había una tienda de cosas para gatos que era galería de arte. buena onda pero yo no me atrevía aún a ese paso. recién estaba empezando a transicionar a artista. 
como siempre andaba necesitada de sol, me compré una silla de playa, de lona, de esas de tijera. luego cuando nos mudamos a Tlatelolco la forré de flores café, y luego terminó en el closet. Hasta ahora que estamos en Oaxaca.
esta silla, con dos cojines enrollados y puestos yogísticamente en mi espalda, por fin me relajaron.

la historia del cuadro que se llama al otro lado del río. tenía ganas de hacer un cuadro como un dibujo que hice en papel y lápiz. unos garabatos de monitas varias en una composición, con pajaritos y bichitos, plantas y cerritos y estrellas.
lo pinté rosa mexicano con verde y no me terminó nunca de gustar. después de ese hice muchos más, pasó un año, para cuando lo retomé ayer ya sabía lo que tenía que hacer y no estaba apegada a mi gusto por él del principio de cuando lo hice. con la confianza de que todo se puede arreglar o convertir en algo mucho más interesante incluso cuando pensamos que es una weá horrible.