02 abril, 2016

mal aliento

Algunas veces, de cuando en cuando, me siento más extranjera de lo normal. Como si tuviera un mal aliento crónico. 
Si algo me apasiona y hay que trabajar en equipo me pongo gringa o chilena, ya no sé. Soy directa, enfática, y cuando no estoy de acuerdo con alguien, ofendo. 
En México no importa tanto qué se dice, importa mucho más cómo se dicen las cosas. Si se dice bien te responden mejor. Eso es, para cuando te escuchan y están de acuerdo. Aprovecharán lo que dices para hacerlo propio mostrando que ellos también son capaces de decir algo como lo que tú ya dijiste, pero mejor. 
Y cuando no están de acuerdo con lo que dices te dan el avión (ignorar). Es la manera de decirte que lo que dices no les importa un pepino. Y lo mismo se espera de ti. Es decir que si tienes una crítica, podrías decirla como se habla aquí, agachando el moño y pidiendo perdón, o, mejor aún, puedes quedarte callada. 
En realidad, si no estás de acuerdo con alguien se supone que tienes que darle el avión, jamás ponerte a argumentar. Si argumentas le estás sumando a tu mal aliento, un grano amarillento a la punta de tu nariz.